viernes, 31 de julio de 2009

¿Prohibido volver atrás?

Mmmm... tal día como hoy, desde los últimos 14 años, estaría preparando la mochila o ultimando aquellas cosas que todavía quedaban pendientes antes de empezar un campamento. En todos estos años sólo hubo dos "excepciones": con 18 años, que al no poder ir al campamento hicimos acampada libre durante 4 días en la misma zona, y hace un par de años, que sustituí campamento por camino de Santiago y encuentro en Limerick. Vamos, que son excepciones relativas...

Y hombre, ya lo dije en las baldosas anteriores (aquello de que creo que me voy "haciendo mayor" y que voy viendo el final a este tipo de cosas), pero cuesta cuando pasa de ser teoría a convertirse en hechos.

Cuesta.

Lo que hasta ahora era lo normal, empieza a ser pasado. Y a saber sino tocará volver atrás y repetir baldosas (nunca se sabe de las necesidades, propias y ajenas), pero empieza a ser tiempo de considerar que dejar atrás no es una opción sino "la" opción.

También influye en el "costar", seguro, que llegamos al ecuador del verano, que quedan atrás dos semanas anodinas en Madrid y por delante cuatro con igual o parecido planteamiento. Los exámenes parece que especialmente marcarán (ya lo están haciendo) este verano (ouch!).

También que va a ser el primer agosto en todo este tiempo que lo pasaré íntegro en Madrid. Menos mal que algunas tardes-noches se salvan con cervecitas y las que no, con Twin Peaks, películas pendientes y volver a ver otras (El Señor de los Anillos en extendida dan para largo...).

Las penas con pan son menos y parece, que este verano, el pan engorda... jeje.

miércoles, 22 de julio de 2009

Baldosas a Santiago

El verano es tiempo para tomarse las cosas con calma, el calor no invita a otra cosa...
y esta entrada va con 10 días de retraso... ahí va...

En la vida hay cosas que no tienes más narices que repetir, porque no queda otra y si no es así, no es de ninguna manera. En cambio hay otras, que por más que repitas, no te cansan y siempre te saben a nuevo. Para mi, el Camino de Santiago, es una de ellas.

Vale que llevo ya 3 veces y que no son muchos los kilómetros (la primera vez 140 y las dos últimas 115 o así), pero es lo que permite el tiempo y las circustancias... Sin embargo, ahora si empieza a ser necesario para mi hacerlo más kilómetros y menos gente, no más de 2 ó 3 personas y sin ningún tipo de responsabilidad ni gente a cargo... todo llegará.

En esta ocasión fue apostar de nuevo por hacerlo con chavales, conocidos y por conocer (es lo que tiene juntar parroquias), etapas ya recorridas y trucos aprendidos... aunque de poco sirva. Hay quien se empeña en repetirnos que el Camino tiene su propia dinámica... y es cierto. Cada vez ha sido totalmente distinta, todas han traido algo nuevo y de todas (aunque de alguna parezca difícil) guardo un bonito recuerdo.

Empezamos con nervios y a gritos, el tren estaba para irse y más de la mitad de los chavales (también monitores) estaban en el andén. Fue la primera toma de contacto de lo que sería la experiencia, nueva para ellos y "nueva" para nosotros también. En conocer nuevos chavales, recorrer los vagones p'arriba y p'abajo para tener todo controlado y mal dormir pasó la primera noche.

A la mañana siguiente, con Juanki esperándonos para desayunar, los olvidos (chavales sin credenciales) y retrasos (más de una hora sobre lo previsto) comenzamos a caminar, sin calentar ni nada... mi condición de coche escoba y botiquín itinerante no tiene consecuencias todavía (ya llegarán...) pero si me permite empezar a conocer mejor a chavales y monitores... genial!

Las mañanas eran para madrugar, caminar e incluso pensar y plantearse cosas; las tardes para descansar, curar ampollas, hacer la comida del día siguiente e incluso hablar sobre los temas que llevábamos preparados (más o menos, que terrible la "dispersión" de algunos...).

Según pasan los kilómetros los chavales empiezan a mezclarse (aunque tengan que pasar 2 etapas completas), personalidades muuuuuy variopintas, simpáticas y, al contrario de lo que pueda parecer, capaces de mantener una conversación más allá del tontin (digo tuenti). Uno de mis temores era quedarme fuera de juego, cada vez me veo "más mayor" para estas cosas, y no fue así. Aguantar un poco el pavo/rarezas de algunos/as (chavales y monitoras) no supuso ningún problema (a otro le tocaba aguantarme a mi, es un ciclo sin fin.... jejeje).

También con los kilómetros tenemos bajas temporales (monitores y chavales), daños colaterales (ambas rodillas perjudicadas), enfados y desentendidos (próntamente solucionados), momentos serios para poner orden... Y aún con todo eso, buen ambiente y objetivos conseguidos. Como muestra, un botón: nunca (nunca) nos había pasado que nos fueramos a dar una vuelta los monitores y que los chavales vinieran detrás porque les apetecía... increíble.

Si noté alguna ausencia (justificada) que hubiera hecho el camino redondo y un poco más de autonomía y caminar para nuestro conductor (pero estar al servicio es lo que tiene, ¡gracias!).

Lo dicho, ganas de repetir de nuevo, no importa que sea con chavales otra vez pero si que tiene que llegar el momento de hacerlo más personal y libre.

Os dejo el video que resume la experiencia...


Todas mis fotos aquí