sábado, 20 de junio de 2009

¿Novena hidrológica?

Tiempos de exámenes son malos tiempos para pisar baldosas, pero bueno, en poco más de una semana volverá la libertad... mmm...

Mientras tanto, entre los últimos exámenes y terminar con los dichosos trabajos, esos que nunca se acaban (hidrología en este caso), llega esta reflexión con alto contenido hidrológico, en plena Novena a la Perpe... vuelve Jose Luís Martín Descalzo...

Habla San Alberto Magno que existen tres géneros de plenitudes: "la plenitud del vaso, que retiene y no da; la del canal, que da y no retiene, y la de la fuente, que crea, retiene y da". ¡Qué tremenda verdad!

Efectivamente, yo he conocido muchos hombres-vaso. Son gentes que se dedican a almacenar virtudes o ciencia, que lo leen todo, coleccionan títulos, saben cuanto puede saberse, pero creen terminada su tarea cuando han concluido su almacenamiento: ni reparten sabiduría ni alegría. Tienen, pero no comparten. Retienen, pero no dan. Son magníficos, pero magníficamente estériles. Son simples servidores de su egoísmo.

También he conocido hombres-canal: es la gente que se desgasta en palabras, que se pasa la vida haciendo y haciendo cosas, que nunca rumia lo que sabe, que cuando le entra de vital por los oídos se le va por la boca sin dejar pozo adentro. Padecen la neurosis de la acción, tienen que hacer muchas cosas y todas de prisa, creen estar sirviendo a los demás pero su servicio es, a veces, un modo de calmar sus picores del alma. Hombre-canal son muchos periodistas, algunos apóstoles, sacerdotes o seglares. Dan y no retienen. Y, después de dar, se sienten vacíos.

Qué difícil, en cambio, encontrar hombres-fuente, personas que dan de lo que han hecho sustancia de su alma, que reparten como las llamas, encendiendo la del vecino sin disminuir la propia, porque recrean todo lo que viven y reparten todo cuanto han recreado. Dan sin vaciarse, riegan sin decrecer, ofrecen su agua sin quedarse secos.

Hidrologíca y personalmente de acuerdo, lástima que no sepa en que estado me encuentre, por mucha fuente que quiera ser... algo no fluye...

E inevitablemente me he acordado del final de la película Millones (Danny Boyle, 2004), esos pozos de agua desbordantes con la música de Nirvana de El Bosco de fondo... lástima que no encuentro la escena por YouTube...

PD: gracias Lauri!

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