Ahí os dejo la ruta gráficamente:


En mi casa, por falta de tradición (entre otras), no se ha respetado el ayuno como se entiende normalmente y en alguna ocasión he intentado hacer ayuno adaptándolo a mis posibilidades, pero no funciona...
Quizá sea porque la propuesta del video me resulta "adaptable" a mi día a día, quizá porque no se encorseta en normas sino vivencias y motivaciones (fundamental para mí), pero opto por mojarme... aunque también haré por restringir el número de horas que dedico al ordenador más allá de trabajos y tareas ineludibles...
Termino con un pequeño empujón en esto del ayuno que encontré preparando para el grupo...
En realidad, ayunamos para crecer. Ayunamos para recordar que las cosas no son el fin, sino el medio. Ayunamos como una forma de mirar alrededor, y recordar que la realidad es mucho más amplia que nuestra propia situación. Ayunar no es “dejar de comer”. Es aceptar de manera consciente que mis deseos, mis necesidades, mis intereses, mis preocupaciones no son el centro del mundo. Que si hoy en día sabemos que el Universo no gira alrededor de la tierra, mucho menos gira alrededor de mí.
PD: ¡Virgi, gracias por el vídeo!
Slumdog Millionaire (Danny Boyle, 2008) retrata la vida de Jamal, un chaval de Mumbai (India) que gana el concurso ¿Quiere ser millonario? frente a la incomprensión del presentador del programa (y la policía) que no entienden como “el chico del té” puede llegar tan lejos y sospechan que hace trampas o tiene un topo infiltrado. A través del interrogatorio policial se demuestra como el chaval sabe las respuestas porque están relacionadas con distintos aspectos de su vida.
Con tantas expectativas creadas y tanto leído antes, no la disfruté como se merecía, pero ésta es de las que hay que ver y no te duele pagar por ello. Acabas con las emociones a flor de piel, ya sea por la historia de los niños, la vida en sí del personaje o la historia de amor. Y con los créditos finales, a lo Bollywood, muy bien integrados… sales con ritmillo en el cuerpo y sensación de satisfacción.
Todos (ellas y nosotros) embobados con la belleza de Latika de mayor, incluso con cicatriz, que exageración, ufff…
La elegida fue Vals con Bashir (Ari Folman, 2008), una coprodución israelí, alemana y francesa a medio camino entre el documental y cine bélico pero en formato de cine de animación tipo Flash, una extraña combinación con efecto muy logrado. Poco había leído sobre ella, pero prometía... y cumplió con creces.
Vals con Bashir es un acercamiento más al enfrentamiento entre israelíes y palestinos y el resto del mundo árabe, en concreto con la guerra del Líbano, en 1982.
Un final con golpe de efecto intenso y duro, que te devuelve a la realidad y autenticidad de los hechos si en algún momento lo hubieras olvidado por pensar que es cine de animación y nada más. En realidad, como dato, primero fue rodada en video convencional y después convertida en animación.
