domingo, 1 de marzo de 2009

Tiempo de cambios...

En vez de dejar los propósitos de cambios para Año Nuevo yo los suelo dejar para los tiempos litúrgicos fuertes, no por ser más beatillo que nadie sino porque son tiempos que acompañan de verdad a dejarse llevar y cumplirlos.

Comienza la Cuaresma (bueno, ya han pasado unos días desde el miércoles de Ceniza... ¡que he vuelto a celebrar después de 7 años, los que hace que dejé el colegio!) que, como decían esta mañana, no es un tiempo de restricción, de oscuridad o amargura. Es más bien un tiempo de profundizar, escuchar, dudar... y re-comenzar con fuerza.

Dejar atrás el hombre viejo y dar paso al hombre nuevo en mi caso supondrá...

...olvidar prejuicios y post-juicios que no llevan a ninguna parte y dificultan más de lo debido el día a día...


...ser menos quisquilloso y más disponible, que creo que lo he ido perdiendo porque antes me resultaba más sencillo...


...disfrutar más de las circustancias y obsesionarse menos con las metas,
pasará lo que tenga que pasar...


...usar menos el yo en conversaciones y pensamientos...

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