Los días pasan y las entradas no es que abunden, acabar los exámenes no ha supuesto tener mucho más tiempo libre y, el que hay, se lo lleva la vuelta de LOST y los aditivos Layton para la DSi...

Hace mucho prometí que hablaría de aquella beca-proyecto que empecé por finales de octubre y que cada pocas semanas llena mi tiempo libre y no tan libre... ahora está próxima a acabarse, no con los resultados esperados, pero me ha abierto la puerta a otro proyecto-beca que me motiva sobremanera.
Estos meses han pasado, becariamente hablando, entre pinos y micorrizas, unos pequeños hongos que crecen en sus raíces y que favorecen su crecimiento... cuando aparecen... que no fue mi caso, pero sí el de la otra chica con la que compartía este apasionante mundo de repetir una y mil veces trabajos de laboratorio. Como decíamos, las 3 primeras veces nos gustaba (nunca en nuestras respectivas carreras habíamos hecho nada parecido) pero cuando se juntaban 7 grupos con hasta 60 repeticiones por grupo en algunos casos... pues la magia se perdía, las horas se hacía eternas sin parar... al menos nos daba la risa tonta...
A pesar de todo, han sido momentos que considero bastante positivos e interesantes, de aprender mientras se trabajaba, con buen ambiente y profesorado majo. Nos ha tocado contar raíces, medir potencial hídricos (unas 7-8 horas por sesión), ir de propio a la escuela para regar 15 minutos, transplantar y sacar plantas para hacerlas añicos, triturar raíces, preparar ensayos de colonización de bacterias (60 placas que hasta 3 veces ha tocado repetirlos, la última hoy... crucemos los dedos)... interesante, pero laborioso... y siempre pendientes de no contaminar las muestras, con alcohol y clorhídrico a cuestas...

El nuevo proyecto-beca va a consistir en recorrer la Casa de Campo de Madrid (al lado de mi barrio) para detectar una enfermedad que se puede dar en la encina y que también tiene el olivo: el repilo. Son 1800 hectáreas pero no asusta tanto... no hay que evaluar encina a encina, sino pasar por todos los cantones y rodales en que está divida la Casa de Campo. Seguro que surgirán anécdotas que contar, con lo peculiar que es este parque forestal urbano y su "fauna". El proyecto formará parte del convenio que tiene la Politécnica con la Comunidad de Madrid, con lo que el inventario, al menos, tiene fecha de entrega (en julio), toca ponerse las pilas... ¡y disfrutarlo!
PD: me está gustando esto de que el cuento de la lechera vaya teniendo un final alternativo... ¡que dure!
1 comentario:
Pues mira, te vas a convertir en todo un viajero-campero, con lo que te gusta andar, seguro que lo disfrutas mogollón!
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