domingo, 9 de noviembre de 2008

¿Qué es la vida para un líquen?

Hoy me hago eco de un fragmento del libro con el que estoy ahora, "Una breve historia de casi todo", de Bill Bryson...

Cuando la consideras desde una perspectiva humana, y es evidente que nos resultaría difícil hacerlo de otro modo, la vida es extraña. Estaba deseando ponerse en marcha, pero luego, después de ponerse en marcha, pareció tener muy poca prisa por seguir. [...]

"Simplemente existen, - añade Attemborough-, testimoniando el hecho conmovedor de que la vida existe, incluso a su nivel más simple, por lo que parece, porque sí, por existir."

Es fácil no reparar en esta idea de que la vida simplemente es. Como humanos nos inclinamos a creer que tiene un objeto. Tenemos planes, aspiraciones y deseos. Queremos sacar provecho constante de toda la existencia embriagadora de la que se nos ha dotado. Pero, ¿qué es la vida para un liquen? Sin embargo, su impulso de existir, de ser, es igual de fuerte que el nuestro... puede decirse que hasta más fuerte. Si me dijeran que tendría que pasar décadas siendo una costra peluda en una roca del bosque, creo que perdería el deseo de seguir. Los líquenes, en cambio, no. Ellos, como casi todos los seres vivos, soportarán cualquier penalidad, aguantarán cualquier ofensa, por un instante más de existencia. La vida, en suma, sólo quiere ser....

En el fondo la vida es porque es... y aunque me ha recordado ligeramente el problema de la entrada anterior, es cierto que muchas veces nos empeñamos en dar sentido a todo lo que ocurre en este mundo, siempre desde nuestra condición de hombres... y no siempre es posible. Demasiadas veces me empeñé en entender absolutamente todo, y fue un esfuerzo vano.


De todos modos.... casi mejor no haber nacido líquen.

2 comentarios:

Sergio dijo...

¡Eh! ¿Qué tienes tú en contra de los líquenes? Pues tienen una existencia igual de estupenda que cualquier otra.

En fin, respecto al tema de que tratas aquí, es cierto que el ser humano siempre busca un sentido a su vida. y muchas veces no es necesario buscar sentidos a la vida, puesto que la vida misma ya está llena de sentido.

La vida en sí es preciosa, y muchas veces nos lamentamos de las adversidades, de los problemas e insatisfacciones que encontramos en nuestro camino. Pero no somos conscientes de que muchas veces la grandeza no reside en lo que encontremos por el camino, sino en el propio camino.

Unas grandes palabras para momentos bajos. Apreciemos la vida, pues es lo mejor que podemos tener y a lo que podemos aspirar.

Abrazot

Anónimo dijo...

Si ya digo yo que Dios los cria.

Toi totalmente de acuerdo con vosotros. A menudo se vive para las metas, para los fines de semana, para las vacaciones, para un acontecimiento especial... ¿y que pasa cuando llega? (si llega)... que nos hemos perdido el camino, los preparativos, los detalles, las cosillas insignificantes. Que importante es el camino y que poca importancia le damos a veces. Por eso me gustó tanto el nombre de tu blog.

Es cierto que el camino es de oro, de baldosas amarillas cada cual más rica y las pisamos sin darnos cuenta de lo que valen intentando llegar lo antes posible (siempre corriendo) a Oz.

A menudo he pensado que el tema de mi blog (futurible o pasado) sería este, el tratar de escribir sobre las cosas pequeñas, sobre los pequeños detalles, sobre "el misterio y el placer de lo cotidiano"... pero no me veo capaz. A menudo me pierdo el camino, a pesar de lo convencido que estoy de que hay que disfrutarlo.

Es tan fácil caer en el desanimo, en la tristeza, en la seriedad... y es tan dificil animarse y animar, ser feliz y hacer felices a los demás, sonreir y hacer sonreir. A mi me cuesta un mundo, pero... ya lo dijo "soy el camino"... ¿me lo voy a perder?... espero que no.

P.Petrelli