miércoles, 5 de agosto de 2009

Sobre el artista y su obra...

Ni soy artista ni filósofo ni buen escritor ni creo que destaque especialmente en ningún "arte", pero hace más de un mes, no recuerdo muy bien que lo propició, me venía a la cabeza un pensamiento.

Y ese pensamiento pasaba por saber que opinaría un artista sobre su obra. Pero no un pintor o poeta cualquiera, sino aquel por cuya obra la gente sintiera una fuerte devoción... ya no es que tu pintura haya sabido captar la luz de manera sugerente o tu poesía tenga una musicalidad agradable, sino que tu creación propicia en otros el encuentro con lo Trascendente.

Y es probable que ni siquiera fuera esa su intención, quién nos dice que simplemente estaba intentando cumplir con un encargo para una pared. O sí, quién sabe, y verdaderamente es alguién que sabía lo que hacía y lo que supondría, alguién que sabría "tocar las teclas adecuadas" para hacer que la gente "vibre con un ritmo concreto".

Ambas ideas guardan su encanto: el de aquél que simplemente se expresa de su mejor manera posible y sin quererlo toca la fibra especial y el de aquél que es uno con su fe, es capaz de plasmarlo y a la vez llegar a la gente.

Tampoco sé si un artista se podría plantear, desde el momento en que empieza a pensar en su obra, qué es aquello que quiere evocar en su observador ni si es demasiado arrogante fijarse como objetivo propiciar el encuentro con lo Trascendente que decía al principio. O incluso que vaya a durar tanto en el tiempo como para que generaciones tan dispares se vean interpeladas por ella. Quizá, porque en mi caso, cuando creo o elaboro "algo", mi mayor objetivo es que le guste a la otra persona y dure tanto como una reforma o un cambio de vivienda.

Si, ya recuerdo que propició esto, el icono del Perpétuo Socorro en plena novena, que ya no es sólo su carácter universal, sino toda la historia que lleva detrás. ¿Verdaderamente su autor pensaría que un icono suyo podría llegar a ser lo que es hoy y suponer lo que supone para tanta gente a lo largo de todo el mundo?

1 comentario:

Miguel dijo...

dicen que detrás de los iconos es la mano de Dios la que mueve a la del autor del mismo. Incluso se dice de ellos que son ventanas por la que el mismo Dios se asoma al mundo. Verdaderamente el autor de nuestro Icono si que pudo pensar lo que supondría la imagen de su MAdre para todos nosotros.