domingo, 30 de agosto de 2009

El cuento de la lechera: episodio I

Todos los años por estas fechas comienza mi particular cuento de la lechera. La cercanía de los exámenes invita a todo menos a estudiar...

En el cuento, una campesina empieza a elucubrar que hará con las tinajas de leche que lleva a vender, lo que comprará con lo que saque por ellas, lo que comprará con lo que saque de lo que saque de ellas... así sucesivamente, pasando por huevos, pollos, cochinos, terneros... todo un imperio que se truncará por un tropezón. Querer disfrutar antes de tiempo es lo que tiene.

En mi cuento, las elucubraciones pasan por "plantear" el curso que viene sin haber empezado los exámenes de septiembre... ahora ya quedan pocas asignaturas pero llevo así desde el 3er año, siempre suponiendo que no aprobaré todas las que me presente.

Y generalmente hasta aquí llegaba otros años, mi historia acababa con alguna asignatura más de lo esperado... y ya.

En esta ocasión la historia se amplía: empezar a hacer cábalas con el proyecto (ponerme en contacto con tal persona para que me ponga en contacto con aquél profesor que ya no da clase pero con el que me gustaría hacer el proyecto, buscar director dentro de la escuela y sino es posible, pensar en que cátedras me gustaría...), buscar alguna beca de departamento dentro de la escuela para llenar los previsibles (y amplios) huecos en el horario y así poder ahorrar algo de dinero para poder participar en el encuentro de Ucrania el próximo verano y algún que otro viaje que ya se me está planteando, conseguir algún título de inglés que pueda figurar en el primer curriculum (la UPM ofrece uno bastante cómodo y autodidacta), plantearme ya definitivamente el sacarme el carné de conducir...

En fin, mi cuento (versión 2009) va todavía por la introducción, muchos son todavía los factores en juego...

...continuará...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No te olvides de incluir en tu cuento la semana de " El Camino"
visita de la Gaviotera....

Anónimo dijo...

Y que decir de ese taller solidario con P. Petrelli?... ya lo comentaremos. Relax, creatividad, solidaridad y palmeritas de chocolate para una tarde a la semana. ¿Te hace?